Un personaje misterioso de la Guerra de la Independencia es el que se llamó «El Incógnito», personaje de mucha importancia en los sucesos de mayo de 1808.

La primera y más importante noticia que existe de este personaje enigmático es un retrato suyo, en un cuadro de más de un metro de lado que existe en nuestro Museo Provincial de Bellas Artes, que antes estaba en una galería de la planta alta, y que en la última reforma y cambio de emplazamiento de cuadros por el actual director don José María Benjumea y Fernández Angulo, ha debido pasar a otro lugar, probablemente a alguna de las salas de pintura del XIX.

En ese cuadro más importante que la propia figura es una cartela con texto explicativo que hay al pie del personaje, puesta por el pintor, y muy extensa, con un texto redactado probablemente por el mismo retratado, que viene a ser como un resumen de su propia historia.

Este «El Incógnito» llegó a Sevilla el día 25 de Mayo de 1808 y manejando grandes sumas de dinero, y transmitiendo a los personajes más importantes de la vida eclesiástica de la Ciudad, y a los Jefes de la guarnición militar consignas y mensajes, consiguió que aquella noche se decidieran unos y otros a oponerse a la Junta de Gobierno que funcionaba en Madrid, y repudiasen los acuerdos habidos entre Carlos IV y Napoleón, por virtud de los cuales Carlos había abdicado en su hijo, quien a su vez cedía la corona de España a Napoleón quien la daba a su hermano José.

A la mañana siguiente, nueve mil soldados de guarnición en Sevilla y un gran número de personalidades notables, acudieron al centro de la Ciudad, y mientras la tropa ocupaba la Plaza de San Francisco y sus alrededores, y una masa de vecindario popular se manifestaba en las calles, «El Incógnito» entraba en el Ayuntamiento, acompañado de cierto número de personas religiosas y seglares, y dirigía un discurso al Asistente número de la Ciudad (alcalde y  gobernador) que era don Vicente Hore Dávila, exhortándole a disolver el Cabildo Municipal, como ilegítimo, y a que lo constituyese de nuevo no ya como representando a la Junta de Gobierno de Madrid, sino como representante de Fernando VII.

Así se hizo, y a continuación «El Incógnito» creó con los señores le acompañaban una «Junta Suprema de Gobierno de la Nación», margen de la Autoridad de Madrid, y con el carácter y título de Gobierno Verdadero de la Nación Española.

Los señores que colaboraron con «El Incógnito» en este acto, fueron don Antonio Esquivel y don Juan de Ayús, ambos notarios del cabildo Eclesiástico, formándose con los tres un auténtico triunvirato ejecutivo o autoridad triunviral colegiada, si bien la Junta estaba integrada por otros señores más como ya hemos visto en otra página de  este capítulo. (Antigüedades y casos raros de la Historia de Sevilla, Capítulo 14)

La bandera en que se encabezaron los grupos de patriotas sevillanos que acudieron a manifestarse aquella mañana en la Plaza de San Francisco, y que se izó en el balcón principal del Ayuntamiento era de una rica colcha de seda encarnada que dio don Antonio de Esquivel, y sobre la que se cosió una estampa con la imagen de Jesucristo, y unas letras formando este lema: «Religión y patriotismo triunfarán del francesísimo.»

«El Incógnito» dejó organizada a Sevilla contra los franceses, entregó una gran suma de dinero para aprestos militares, y se marchó muy pronto de Sevilla.

Tardó algún tiempo en saberse que «El Incógnito» se llamaba don Nicolás Tap y Núñez, quien durante la guerra de la Independencia tuvo una gran actividad, sobre todo en funciones de enlace entre el mando militar inglés, encabezado por Lord Wellington, y la Junta Suprema española.

El dinero que había distribuido en Sevilla y en otras ciudades para financiar el levantamiento contra los franceses, parece ser que era de procedencia inglesa, y de aquí nació la frase de «el oro inglés», tan usada durante todo el siglo XIX.

Al terminar la guerra según nos informa la cartela del cuadro, don Nicolás Tap y Núñez en vez de recibir el premio a sus servicios fue acusado, aunque no explica de qué delito, y pasó en prisiones largo tiempo. La misma cartela dice que «resplandeciendo por fin su inocencia y sus servicios, fue libertado, y restituido en su honra, y se le otorgó el grado de Comisario de Guerra.

«El Incógnito» debía ser gran aficionado a los seudónimos, puesto que publicó algunos folletos y escritos con el seudónimo de «Mirtilo Sicuritano.»

(c) José María de Mena, 1974

(c) David de Mena, 2021